viernes, 15 de febrero de 2013

LOPERANOS EN EL MUNDO


El Padre Bernabé Cobo Peralta, S. J.
Dibujo figurado de Diego Morales Chueco, alumno de 1º E.S.O. B del I.E.S. GAMONARES de Lopera (Jaén)
 
 
IGLESIA Y CIENCIA: EL PADRE BERNABÉ COBO PERALTA
 
 
En 1492 Cristóbal Colón descubrió América. América era un continente enorme, habitado por pueblos diversos y con una fauna y flora que para los europeos eran una novedad: animales y plantas que habían sido desconocidos hasta ese momento, fueron descubiertos y alguien tenía que encargarse de describir esos árboles, esas flores, esos animales: uno de los más importantes científicos que lo hicieron fue el loperano Padre Bernabé Cobo Peralta.
 
Bernabé Cobo Peralta nació en noviembre de 1580 en Lopera y fue bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Lopera. Bernabé era hijo de Juan Cobo y Catalina de Peralta y tuvo cinco hermanos. Con apenas dieciseis años se embarcó y se fue, como muchos otros españoles de aquel tiempo, a América. En 1601 ingresaba en la Compañía de Jesús (fundada por San Ignacio de Loyola). El Padre Cobo fue misionero, predicando el Evangelio en las Antillas, en Méjico y en Perú.
 
A la vez que hacía cristianos a los indígenas, el Padre Cobo iba tomando nota de todas las maravillas que aquella América ofrecía: costumbres de aquellos pueblos, clima, tipo de suelo, botánica. Su proyecto era escribir una obra divida en tres partes:
 
En la primera parte trataría "la naturaleza y cualidades del Nuevo Mundo con todas las cosas que de suyo cría y produce".
 
En la segunda parte trataría del descubrimiento de las tierras americanas (sobre todo de Perú), con una descripción general por regiones de toda la América del Sur.
 
La tercera parte la dedicó a lo que se conocía de América del Norte, relatando la conquista de Méjico (que se llamó Nueva España) por los españoles al mando de Hernán Cortés.
 
Terminó su obra el 7 de Julio del año 1653: había escrito 43 libros a mano en el curso de cuarenta años de trabajo. Casi toda su obra se perdió, pero fueron descubiertos 10 libros de la primera parte en la Biblioteca de Sevilla. En 1890 se publicó por vez primera esta interesantísima obra del Padre Cobo. Cuando el botánico valenciano Antonio José Cavanilles estudió la flora americana y tuvo que describir la "yedra morada de Méjico" encontró que el científico que mejor la había descrito era el Padre Cobo y, en gratitud al trabajo botánico del jesuita loperano, puso el nombre de "coboea scandens" (que en latín recoge el apellido "Cobo" del ilustre hijo de Lopera).
 
Dicen el Padre Francisco Pinero Jiménez y José Martínez Romero, autores del libro "Giennenses Ilustres. Reseñas biográficas" que: "El Padre Cobo estudió los vegetales con tal precisión y es a la vez tan elegante y conciso en el lenguaje que emplea al describirlos, que se pueden reconocer a su simple lectura las especies botánicas a que se refiere. Las características que da de las plantas son tan exactas y precisas que superan a las de otros naturalistas que anteriormente habían estudiado la flora americana".
 
Además de científico, el Padre Cobo también fue historiador y escribió "La fundación de Lima", donde cuenta en 400 hojas la historia de la capital de Perú: un libro muy interesante para conocer la historia de la Universidad de Lima, fundada por el virrey D. Francisco de Toledo en el año 1577.
 
Falleció el P. Cobo en Perú, siendo el año 1656.

BIBLIOGRAFÍA:

"Giennenses Ilustres. Reseñas biográficas", Francisco Pinero Jiménez y José Martínez Romero, Tomo I, Jaén, 1954. Página 155.
 
 
 
En la imagen, una fotografía de la "yedra morada de Méjico", descrita magistralmente por el Padre Cobo y a la que, en honor del loperano, el botánico Cavanilles puso el nombre de "Coboea scandens".
 

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