lunes, 18 de marzo de 2013

LA ROMERÍA DE SAN ISIDRO EN LOPERA

Una imagen de la romería de San Isidro en Lopera
 
 
La romería de San Isidro tiene en Lopera un carácter similar al de los pueblos de los alrededores. Bestias y carruajes de labranza vienen acompañando a la imagen del santo, que procesiona por las calles de nuestro pueblo desde mediados del siglo pasado. Desde 1993 Lopera cuenta con una ermita erigida en honor del santo en el paraje del Pilar Nuevo. Ahora también se ha ampliado el entorno y construido una casa de cofradías para que la festividad pueda resultar lo más completa posible. Al haber sido convertida por el Ayuntamiento en fiesta local, la celebración se ha ampliado y ha tomado el cariz de una auténtica romería. La noche del día 14 de mayo la ermita y su entorno son un hervidero de loperanos y de gente de otros pueblos limítrofes que disfrutan de las muchas casetas que se disponen en todo el recinto. Pero sobretodo son los chiringuitos que montan las familias y los grupos de amigos los que más abundan. El éxito de esta noche queda garantizado con diferentes actuaciones musicales que tienen lugar al lado de la ermita. El día 15 tiene lugar la procesión por las calles del pueblo, pero ahora es por la mañana y no por la tarde como fuera antaño. Tras la misma, toda la comitiva se baja para celebrarlo a la ermita y continúa así la fiesta iniciada la noche anterior. Desde el año 2009 la romería pasará a celebrarse por primera vez en fin de semana.
 
Luis Candelario Santiago, 1º E.S.O. A, del I.E.S. GAMONARES de Lopera.
 
 
¿QUIÉN FUE SAN ISIDRO?
 
 
 
San Isidro Labrador se llamaba Isidro de Merlo y Quintana y, tras su reconquista, vivió en Madrid cuando todavía Madrid no era nada más que un poblado de la Mancha. Se piensa que nació el año 1080 aproximadamente y fue un humilde siervo de la gleba que labraba al servicio de los poderosos señores de Vargas. Se casó con María Toribia de la Cabeza, natural de Torrelaguna, y fue el matrimonio de tal santidad que marido y mujer reciben hoy la veneración de los fieles. Era un hombre tan piadoso, tan rezador y con tanta fe que Dios obtuvo de Dios muchos favores en vida. San Isidro murió muy mayor, se piensa que a los ochenta años. Su fama de hombre santo le valió que sus vecinos pidieran a Dios por medio de su intercesión y que muy pronto se obraran milagros por su mediación, esto aumentó su fama de santida y en el año 1212, al sacar sus restos mortales de la fosa, encontraron que, tras cuarenta años, no se había descompuesto, sino que el cuerpo se conservaba en estado incorrupto; trasladaron su cuerpo a la parroquia de San Andrés como una reliquia, para ser venerado. Fue canonizado por Su Santidad Gregorio XV en el año 1622 y es patrono de Madrid, aunque su fama pronto se extendió, primero, por toda España y, posteriormente, por América.  

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